Todo lo que debes saber sobre cómo cuidar tu higiene postural

¿Cuántas horas dirías que pasas sentado en un día? Piénsalo.

Un adulto pasa una media de 10 horas sentado al día, mientras que lo recomendable es no superar la barrera de las 4 horas.

 Si trabajas en una oficina y eres de los que no se levanta de la silla, este post te interesa. Como ya te estás imaginando, la cantidad de tiempo que estamos sentados se relaciona con enfermedades crónicas, obesidad, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares.

Eso sin nombrar el eterno dolor de espalda asociado a patologías lumbares desarrolladas por este motivo.

Antaño, no hacía falta tener en cuenta el tiempo nos movíamos o estábamos en reposo, ya que el estilo de vida de nuestra sociedad era muy distinto al actual: nos desplazábamos más a pie, los niños jugaban en la calle y muchos trabajos se realizaban en continuo movimiento.

Con el avance de la tecnología se nos ha hecho la vida mucho más cómoda, pero esto viene de la mano un nuevo concepto: el sedentarismo.

¿Qué es el sedentarismo?

 Podemos definir el sedentarismo como el tiempo que permanecemos en estado de reposo, «sin utilizar» nuestro cuerpo ya sea tumbado, recostado o sentado. Ese tiempo se caracteriza por un gasto energético muy bajo.

Por lo tanto, una persona sedentaria es aquella que permanece gran parte del día inactiva, incluso si realiza alguna actividad deportiva.

Si esto es así, la pregunta que tienes ahora en mente es cómo evitarlo ¿verdad?

 ¿Cómo puedes ser menos sedentario?

 Hay muchas cosas que en el día a día puedes hacer de forma consciente para evitar ser tan sedentario. Pequeñas acciones cotidianas que te fuercen a levantarte y a caminar durante el día como:

  1. Alejar cosas mientras estudias o trabajas para forzarte a levantarte cuando las necesites. Por ejemplo, levantarte a beber agua en lugar de llevarte una botella a la mesa, sentarte lejos de la impresora en la oficina, levantarte y caminar un poco cuando atiendas una llamada telefónica etc.
  2. Subir escaleras a pie. Hacer como si los ascensores no existieran te obligará a subir por la escalera varias veces al día con los beneficios que ello conlleva.
  3. Desplazarte a pie a los sitios más cercanos.
  4. Ser consciente del tiempo que pasas sentado. Hoy en día existen muchas aplicaciones y relojes inteligentes que te avisan de cuándo deber levantarte a estirar las piernas y cambiar de postura. Lo ideal es hacerlo cada 30 minutos.
  5. Evita pasar tiempo libre sentado. Si ya estás la mayor parte de tu día sentado en el trabajo, cuando llegues a casa evita ver la tele en el sofá o jugar a videojuegos sentado. Cambia esto por otro tipo de actividades como pasear al aire libre con tu perro, ver la tele planchando de pie, actividades de bricolaje etc.

Ahora ya estás concienciado y puedes a empezar mañana mismo a luchar contra el sedentarismo.

Pero no te voy a mentir. Solo reduciendo las horas que pasas al día sentado no van a desaparecer tus patologías lumbares. Una patología lumbar puede aparecer por muchas otras causas además del sedentarismo: genética, tabaco, alcohol, falta de equilibrio muscular, levantamiento de cargas de manera indebida, etc.

De todas estas causas el equilibrio muscular y la higiene postural son fundamentales.

Está «de moda» ahora practicar pilates para mejorar el estado de forma general de nuestro cuerpo y tratar de reducir molestias lumbares causadas por las malas posturas, pero ¿sabes exactamente en qué se centra esta disciplina?

¿Qué el Pilates y en qué nos puede ayudar?

«Eres tan joven como flexible sea tu espalda» – Joseph H. Pilates, creador del método Pilates.

El Pilates nace a principios del siglo XX y se centra en mejorar la estabilidad de nuestra columna, la elasticidad de nuestros músculos y ligamentos y en reforzar la musculatura general.

El objetivo es conservar el cuerpo en forma, y además, recuperar el vigor del organismo. Con una práctica constante, los beneficios empiezan a dejarse notar en nuestras actividades cotidianas.

Destacamos la importancia del trabajo de concienciación corporal que realizamos en Pilates para evitar la mala utilización de nuestro cuerpo en las actividades de la vida diaria.

Por lo tanto, si tienes patologías lumbares, el Pilates es tú disciplina: te hará sentirte mejor y se enfocará justo en tu problema.

Debes entender que no solo es adoptar una buena postura durante una acción concreta de tu cuerpo, sino que hay que tener el cuerpo preparado para afrontar los distintos desafíos diarios a los que le sometemos.

A través del pilates lo entrenamos, y practicamos la manera correcta de moverse y de «estar» en una postura correcta. La importancia no está tanto en la postura en cuestión, sino más bien en tener el cuerpo preparado para el momento en el que tengamos que realizar cualquier actividad. Que el cuerpo esté capacitado para mover y utilizar los músculos exactos en un movimiento concreto.

¿Qué entendemos por higiene postural?

La higiene postural es el conjunto de normas, cuyo objetivo es enseñar a realizar las posturas adecuadas para llevar a cabo cada tipo de actividad, y así evitar posibles lesiones aprendiendo a proteger principalmente la columna vertebral.

Pero en este post no vamos a realizar una guía de cómo sentarse correctamente o de cuál es la forma correcta de levantar peso, porque sabemos que hay ya muchas guías de este estilo en Internet.

Lo que perseguimos es hacer hincapié en la necesidad de ser muy conscientes de que nuestro cuerpo es una herramienta que tenemos que cuidar y mantener en buen estado para poder afrontar todas esas actividades que le vamos a pedir a lo largo del día.

Y el Pilates es sin duda la mejor forma de conseguirlo.

¿Cómo elegir el mejor centro para practicar Pilates?

Hay que tener en cuenta que hay personas que han practicado Pilates, pero no se han sentido cómodas con la práctica y lo han abandonado. Incluso afirman que se les agravaron las patologías que ya tenían.

Para evitar esto, tenemos que ser cuidadosos en la elección de nuestro centro de Pilates.

Podemos seguir estos pasos:

  1. Conocer exactamente qué problema padecemos, qué patología tenemos diagnosticada.
  2. Buscar un centro en el que los profesores de Pilates tengan una buena formación, así como la experiencia y el bagaje necesarios para trabajar en conjunto con el equipo de fisioterapia. Tienes que tener en cuenta que las necesidades de cada individuo son diferentes por la patología que tenga, por su edad, su estado de forma y estilo de vida, por lo que lo ideal es realizar Pilates adaptado a cada persona, con tratamientos personalizados.
  3. Que el centro tenga unas instalaciones adecuadas para la práctica de Pilates.
  4. Que ofrezca la posibilidad de practicar Pilates en grupos muy reducidos (4 o 5 personas como máximo) y adaptar la práctica a la necesidad individual de cada uno.

Como conclusión, debemos preparar nuestro cuerpo para afrontar el día a día: horas sentado, posturas forzadas, levantar peso, prisas, más horas sentado…

Y no hay mejor forma de prepararnos que con la práctica del Pilates. Eso sí, elige correctamente el centro para notar, DE VERDAD, los beneficios en tu cuerpo y en tu salud. ¿Has practicado Pilates alguna vez? Si es así cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Y si estás pensando en empezar a practicarlo ¿te ha surgido alguna pregunta con el artículo? No dudes en dejarnos un comentario, estaremos encantados de ayudarte.

¡Te leemos!

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