16 Abr 10 consejos para minimizar los riesgos del teletrabajo que puedes poner en práctica mañana mismo
Suena el despertador y empieza otro día.
Te levantas a toda prisa, preparas a los peques y ¡al cole!.
Vuelves a casa y te pones al lío.
El teletrabajo te absorbe.
Tu comedor parece de todo menos un comedor, pero no tienes tiempo para nada más que para conectarte a la videoconferencia diaria que tienes justo ahora.
Y así sigue tu día hasta más de diez horas después.
Las largas horas ante los ordenadores portátiles, la inmovilidad y los espacios laborales improvisados tienen consecuencias que ya puedes estar padeciendo.
El movimiento cura, pero ahora nos estamos moviendo mucho menos.
El sedentarismo, las interminables sesiones en el ordenador (alargamos más la jornada que cuando estamos en la oficina), no salir a estirarte o no parar al café son situaciones que no benefician ni a nuestro cuerpo ni a nuestro estado de salud.
Y la lista puede seguir:
- Silla no ergonómica.
- Mesa no regulable en altura.
- Ponerte con el portátil en cualquier mesa, silla o sofá y de cualquier forma sentados porque estamos en casa.
- Trabajar recostado o tumbado.
- El ratón incorporado de los portátiles, situado debajo del teclado, que obliga a forzar las muñecas.
Después, con suerte, cuando cierras el portátil, sacas tiempo para practicar ejercicio y te pones a correr como un loco, cosa que nunca has hecho. Porque estás cansado de estar en la misma posición todo el día y porque necesitas desconectar y despejar la mente.
¿Te suena esta situación? Si te has visto reflejado, sigue leyendo porque en el artículo te hemos preparado mucha información para que puedas mejorar tu salud desde mañana mismo.
Vamos a conocer primero los riesgos que conlleva vivir a diario la situación que hemos comentado al inicio del artículo.
Riesgos del teletrabajo
Dolores ergonómicos:
- Tensiones en la columna cervical y parte alta de la espalda.
- Pérdida de masa muscular.
- Lumbalgias, contracturas y cuello duro.
- Tendinitis en los antebrazos.
- Sobrecarga de los hombros.
- Fatiga visual.
- Pesadez de piernas, piernas hinchadas y mala circulación.
- Trastornos del sueño.
- Trastornos digestivos.
- Aumento de peso derivado de un menor gasto energético.
Riesgos psicosociales
- No saber desconectar del trabajo.
- No mantener una rutina.
- Mayor probabilidad de desarrollar ansiedad, irritabilidad, estados depresivos, etc., cuyo origen estaría en la fatiga mental.
- Sensación de aislamiento.
- Menor nivel de concentración.
Hay algunos riesgos más, relacionados con la pérdida de identidad corporativa entre el trabajador y la empresa aunque los más importantes a nivel corporal son los que hemos citado.
Pero no todo es malo en el teletrabajo. También tiene su parte positiva.
Ventajas del teletrabajo
Encontramos cuatro ventajas principales:
- Permite la conciliación de la vida laboral y personal al tener mayor presencia física en casa.
- Ahorro de tiempo y dinero. No pagar combustible o transporte público sumado el ahorro del tiempo que supone llegar al puesto de trabajo es una gran ventaja.
- Reducción del riesgo de accidentes, sobre todo de tráfico.
- Disminución del estrés originado por la falta de flexibilidad horaria que puede desembocar en una mejor salud.
Llegados a este punto en el que hemos puesto en una balanza lo positivo y lo negativo del teletrabajo, parece claro que los efectos negativos son más numerosos de lo que, a priori podría parecer. Por eso, a continuación te damos unos consejos para minimizar los efectos adversos del teletrabajo en nuestro cuerpo.
10 Recomendaciones para minimizar los efectos negativos del teletrabajo
- Hacer ejercicios suaves como calentamiento previo: de manos, de muñecas, de hombros, de cuello etc. para preparar nuestro cuerpo antes de encender el ordenador.
- Montar una oficina casera, lo más ergonómica posible. Podemos hacer cambios como:
- Elevar el portátil sobre una pila de libros para que la pantalla quede a la altura de los ojos
- Añadirle un teclado y un ratón para mejorar nuestra posición al teclear.
- Utilizar un cojín en la zona lumbar.
- Piernas con las rodillas a 90 grados, nunca cruzadas, y la espalda apoyada.
- Relacionado con el punto anterior estaría también disponer nuestra oficina casera en una zona específica de la casa a ser posible, con luz natural, silenciosa y mantener este espacio ordenado e inspirador.
- Levantarte cada 40 o 50 minutos y movilizar todo el cuerpo. En estas “micropausas” puedes incluso aprovechar para hacer unas sentadillas, subir y bajar alguna escalera o realizar estiramientos para cambiar de postura.
- Realizar respiraciones profundas. El sedentarismo origina pérdida en la capacidad pulmonar y por eso, con ellas puedes mantener tus niveles de resistencia y reducir la sensación de fatiga.
- Ser conscientes de la postura que adoptamos, nos ayudará a cambiarla de vez en cuando y a corregirla cuando sea necesario.
- Hacer algún deporte al terminar la jornada, siempre dentro de tus posibilidades y dependiendo de tu condición física. El deporte que elijas practicar es importante que lo hagas de forma progresiva.
- Es muy recomendable mantener los horarios y las pausas que se realizan en el trabajo presencial.
- Ligado al punto anterior, es necesario desconectar fuera de la jornada laboral, apartándonos de pantallas y dispositivos móviles. En otras palabras, dedicar tiempo al ocio sin sentimiento de culpa es necesario y enriquecedor.
- Respetar los horarios de sueño (7 u 8 horas) y planificar las comidas con antelación te va a permitir abordar el día siguiente con más energía, mejor organización y evitar los picoteos entre horas, que también es importante.
Como ves, minimizar los efectos del teletrabajo está en tu mano. Y si a pesar de poner en práctica estos consejos sigues notando el peso del teletrabajo sobre tu cuerpo, no dudes en reservar tu cita en nuestro centro con algún fisioterapeuta del equipo.
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